Cuáles son las características del Paradigma Tutelar y el Paradigma de Protección Integral.


Nos preguntamos: ¿Con qué intervenciones escolares se refuerzan cada uno? o ¿Qué rasgos del viejo paradigma perviven en las prácticas escolares?

La visión sobre la infancia y adolescencia, así como las creencias e ideas relacionadas a estas nociones, no son “naturales” en nosotros, sino que se han ido construyendo a través de la historia, modificándose por luchas sociales, los avances de las ciencias, los cambios políticos, culturales, sociales y económicos, situaciones históricas icónicas que llevaron a madurar la doctrina de los derechos humanos aplicada a la infancia y la adolescencia.
Un paradigma es, precisamente, un conjunto de creencias, conceptos, formas de percibir hechos; que se origina, muchas veces, del entorno donde nos criamos.
Por esto, el concepto de niño y adolescencia fue evolucionando en nosotros y en nuestras sociedades. Nos educamos bajo un paradigma tutelar, enraizado en nosotros. El niño como una persona en desarrollo, que por ser visto como “inmaduro e incompleto” debía ser protegido por el Estado, en la escuela, hasta alcanzar su pleno desarrollo físico, moral y espiritual.
El Paradigma Tutelar, pone el acento en lo que le falta al niño para estar en condiciones de interactuar dentro del mundo de los adultos. Desde esta perspectiva, el niño no ha completado el desarrollo de las capacidades intelectuales y emocionales que les permitirían discernir entre el bien y el mal, y por lo tanto, requiere de la presencia tutelar del adulto para que lo guíe, lo proteja del entorno e incluso de sí mismo.
Pero hemos ido madurando otra visión sobre el niño y el adolescente, se fue fortaleciendo otra idea, otra manera de concebir a los niños adolescentes, otra forma de imaginar las relaciones entre niños y adultos, y también, otra noción acerca de nuestra responsabilidad docente en relación con las necesidades de la infancia. Esto, significa que los niños y adolescentes tienen derechos a la igualdad de oportunidades, al acceso a servicios de calidad, a ser educados en la participación, a exigir el cumplimiento de sus derechos. Enfatizamos el de desarrollo en el seno de su familia, en un ambiente sano y libre de violencia.
El enfoque de Protección Integral rescata la idea de niños y adolescentes como sujetos, que, por estar creciendo, lejos de verse privados de derechos, tienen aún más, los derechos especiales por su condición de seres en crecimiento.

Desde mi opinión, ¿Con qué intervenciones escolares se refuerzan cada uno?, personalmente destaco las siguientes:

  1. En el modo de transmitir los conocimientos.
    a) El paradigma tutelar remarca el aprendizaje desde el conductismo. El aprendizaje es responsabilidad exclusiva del docente, es solamente el que transmite el conocimiento y el niño (como objeto) lo recepciona, lo memoriza y lo interpreta. El rol del alumno es casi inerte, debe escuchar, solo pregunta cuando no escucho o no entendió.
    Esto es debido a lo expuesto en la tabla comparativa dada: el niño como objeto, incapaz, no importa su opinión, no posee conocimientos válidos, etc.
    b) El paradigma de protección integral se adecua a una teoría de enseñanza constructivista. El niño y adolescente es sujeto del aprendizaje, posee conocimientos previos válidos, cuenta su opinión. Se pone de relieve la importancia de lo que aporta el propio alumno al proceso de aprendizaje (conocimientos, capacidades, destrezas, creencias, expectativas, actitudes, etc.). La actividad constructiva del alumno, por ser sujeto y no un incapaz, aparece como un elemento mediador de gran importancia entre la conducta del docente y los resultados del aprendizaje.
  2. En el modo de corregir la conducta o comportamiento del niño y adolescente.
    a) El paradigma tutelar lo realiza a través de un “Régimen de disciplina”. La regulación de la convivencia se ha llevado a cabo desde una concepción de disciplina, donde la Escuela tiende a:
    Desarrollar una cultura autocrática, -centralizar el ejercicio del poder, -ignorar la diversidad en cualquier orden institucional, -organizar la disciplina en base a castigos, -aplicar sanciones sólo con carácter punitivo, -no busca soluciones educativas, -relegar el trabajo en equipo, -negar los conflictos, -otorgar mayor significación a la violencia física que a la simbólica, -analizar la disciplina sin buscar las causas.
    Sintetizando, el concepto de disciplina refiere a un conjunto de reglas para mantener el orden y la subordinación, y al ser alterado dicho orden surge el castigo. (Dec.181/09, Anexo IV).
    b) El paradigma de protección integral privilegia la concepción de un “Sistema de convivencia” que tiende a:
    Desarrollar una cultura más democrática, -descentralizar el ejercicio del poder, -reconocer la diversidad, -organizar la convivencia en base a la confianza, -fortalecer el trabajo en equipo, -reconocer el conflicto como inherente a las relaciones interpersonales, -otorgar igual significación a la violencia física que a la simbólica, -buscar en forma conjunta acciones reparadoras, con carácter educativo, -reconocer el error y trabajar a partir de él.
    Para que el aprendizaje sea posible es necesario privilegiar la comunicación, el diálogo, la participación. El alumno no solo escucha sino que es escuchado.
    Cuando el conflicto desdibuja los lugares de los sujetos, seguramente podamos hacer referencia a la ausencia de las palabras. Ausencia no sólo referida a silencio, sino como desencuentro, como una forma de violencia. Ausencia no de cualquier palabra, sino de aquéllas que los adultos no hemos sabido otorgar. Los conflictos existen o se generan más allá de la pretensión de evitarlos o solucionarlos. Por lo tanto, deben ser abordados constructivamente. (Dec.181/09, Anexo IV)
    El Régimen de Disciplina tiene en cuenta las características dadas en la tabla precedente sobre el paradigma tutelar, así como el Sistema de Convivencia sobre el paradigma de protección integral.
  3. En el estilo de conducción escolar.
    a) El paradigma tutelar plasma una conducción de tipo “Administrativo escolar”. Su identidad profesional se teje sobre la idea de ser administradores, cuyos más evidentes signos son la estructura vertical. La autoridad y el control ejercidos a través de indicadores formales, la administración escolar regula rutinas, posee una cultura rígida que engendra estructuras desacopladas; este modelo de organización simplifica las rutinas, la pérdida de calidad, desconfía de las propuestas de innovación, resiste la discusión sobre estrategias y, en ocasiones, logra bloquear el cambio. (Gestión educativa estratégica, Módulo 2 al10, UNESCO- IIPE, Ministerio de Educación).
    b) El paradigma de protección integral privilegia una “gestión educativa estratégica”. La gestión educativa es vista como un conjunto de procesos teórico-prácticos integrados horizontal y verticalmente dentro del sistema educativo. Gestión tiene que ver con gobernabilidad y, también, tiene que ver con los problemas que se refieren a la resolución de conflictos.
    La gestión educativa supone la interdependencia de: a) una multidisciplinariedad de saberes pedagógicos, gerenciales y sociales; b) prácticas de aula, de dirección, de inspección, de evaluación y de gobierno; c) juicios de valor integrados en las decisiones técnicas; d) principios útiles para la acción; múltiples actores, en múltiples espacios de acción; f) temporalidades diversas personales, grupales y societales superpuestas y/o articuladas. . (Gestión educativa estratégica, Módulo 2 al 10, UNESCO- IIPE, Ministerio de Educación).
  4. Rara debatir:
    •¿Cómo realizar el tránsito hacia lo nuevo desde los viejos paradigmas de gestión?
    •¿Cómo acompañar la gestión del equipo directivo; con qué herramientas, que relaciones serían necesarias para formar a los niños, niñas del siglo XXI?
    •¿Qué podría hacer, desde su desempeño como Director para lograr que todas las escuelas a su cargo sean de calidad?
    •¿Cuáles serían las acciones que puede realizar el Director desde una dimensión política con la relación con la dimensión pedagógica?
    Según el caso planteado “La principal dificultad que en principio veía el Director era la de encontrar quién pudiera impartir los diferentes módulos”. Y a mi modo de entender, la principal dificultad que debió comprender el Director es “a quienes debía incluir como actores válidos para transmitir los diferentes módulos”. Más que los contenidos, las instituciones cuyos actores poseen conocimientos e incumbencia al respecto.
    La inclusión no abarca solo a las escuelas para los alumnos que provienen de los sectores más vulnerables de la sociedad y de aquellos que tienen dificultades de aprendizaje. La inclusión abarca, también, todas las instituciones del Sistema Educativo en una participación colaborativas ya que todas poseen derecho para aportar desde sus perspectivas: Administración, Sindicato, Directores, etc.
    Con buena intensión “realizó una exploración para indagar cuáles eran las necesidades que los diferentes agentes”, “Confeccionó un pequeño cuestionario que fue repartiendo entre sus colegas y en sus propias visitas a centros.” y, también, se asesoró “en las personas a quienes podría encargarse que impartieran cada uno de los módulos”. Es decir, tuvo una actitud colaborativa y participativa para el diseño del curso. Pero entorno a los temas y quienes lo darían, y se dejó de lado, la participación de aquellos que tienen derecho a aportar al proyecto.

Por lo tanto, el Director debería:
•Considerar orgánicamente los diferentes actores en cuanto a la participación de la enseñanza en las escuelas: alumnos, docentes, padres, instituciones barriales, etc.
•Discernir sobre que aportes pueden realizar cada uno desde su rol como educadores.
•Saber consensuar, negociar, dialogar con cada uno de ellos. Hacerlos participes en cuanto que cada parte puede aportar contenidos valiosos a la enseñanza desde su rol.
Agrego un esquema muy significativo para mí de Gestión estratégica en las escuelas UNESCO – IIPE BA – Ministerio de Educación de la Nación.

La escuela no es la única que educa, es la Institución formal. Para ello, sin la inclusión de otros actores, que poseen participación y conocimientos válidos, la escuela sola no alcanza. La responsabilidad de los Padres es fundamental, el aporte de instituciones barriales: clubes, bibliotecas, vecinales, etc. pueden aportar conocimientos y experiencias significativas para los alumnos.

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Acerca de Lic AUS Prof Jorge Luis Prioretti

Licenciado en Organizaciones sociales y culturales - USAL. Analista universitario en sistemas - UTN. Profesor Sup. Filosofía y Cs. Educación.
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